31 de mayo de 2013

Pentatonías y otras necedades

Algunas cosas del camino

En 32 años de tocar la guitarra (se supone que tendría que decir (y "42 de tocar el piano" pero el piano no lo toqué por casi veinte años hasta hace poco, otra vez) me he enfrentado a cosas buenas y malas. Cuando empecé yo estaba en una posición de querer aprender y les iba persiguiendo a todos los que ya sabían, incluso a los del coro de la iglesia que estaba en la esquina de la casa del abuelo Ramón (padre de mi madre). Eventualmente conocí a colegas realmente buenos, al menos en ese entonces, que formaron conmigo un grupo y fui el "acompañamiento" y, digamos primera voz. Todo eso me llevó a recorrer un largo, larguísimo camino de eventualidades y buenas cosas en las que aprendí a tocar lo suficiente para comenzar a formar yo mismo mis grupos.

Pero crecer musicalmente de los años ochenta a los noventa es un asunto muy peculiar porque, siendo la década del Heavy Metal y que a mí no me guste mucho ese estilo, me ponía en serios predicamentos. Me resulta un tanto sorprendente que en ese entonces haya sido capaz de tocar cosas de Rush, Genesis, Yes y grupos así. Con el tiempo me recargué mas en Jimi Hendrix y me dio por el blues. El Blues, o Los Blues, esa música que, le guste a quien le guste, utiliza como tema capital la escala pentatónica con todas las modificaciones que quieran darle y si acaso alguna nota adicional y eso a la larga me ha valido algunas descalificaciones de parte de músicos que insisten en tocar de modo "estridente" para demostrar algo que, al final de cuentas, se demuestra aunque se rasguéen cosas de folk en una guitarra acústica.

Para mí, la época comprendida entre 1994 y 1996, dos años, fue un tanto cáustica porque mi infantil mentalidad me hizo creer que en Salvatexas tocábamos dos bandas, una de rock y otra de metal, que podrían concatenar armónicamente su trabajo. Supongo yo que las diferencias de edades influyó fuertemente para que al final mi baterista de entonces fuera llamado a las filas de la otra banda, de un modo bastante poco ético, cabe decir, y eso me enfrascó en una guerra cuyas consecuencias aún se hacen sentir. Esos dos años fueron de ilusorias estabilidades que, a la vuelta, se convirtieron en insólitas traiciones y preventas de la amistad por unos centavos. Al final muy poca gente creía en mi grupo y en mí y eso me afectó mucho socialmente hablando, aunque es algo que pretendí no tomar en cuenta.

A partir de 1996 me asocié con Polo Carranza y su padre (Leopoldo Carranza Olvera, QEPD) y no fue un vuelo muy bien planeado que digamos porque tuve que fichar nuevamente un baterista al año siguiente, César Carreño, y luego este salió del grupo para que Polo Carranza regresara en 1999. Todo esto lo menciono porque, en ese lapso de tiempo parecieron ocurrir dos cosas, como músico me estaba enfrascando también en un estatus bastante limitado a tocar cosas de "Rock Clásico" y repetitivos blues que no implicaron mucha creatividad. Por otro lado, la guerra con el grupo que se llevó al baterista original, era retomada a cada rato por el lado contrario por seguidores y amigos de ellos que ni siquiera me conocían (y siguen sin conocerme), Total, en casi nueve años ni el grupo creció como se esperaba y ni mis relaciones personales mejoraron un ápice, Conocí a Rod con quien toqué algo de country y fue genial mientras éramos solo dos tocando de manera divertida en el portal de Zárate, después de eso a ambos se nos metió en la cabeza que uno era mejor que el otro. Él se hizo acompañar de colegas mas, él les llama profesionales, y yo seguí mi asunto como líder de grupos moldeables, tan malos que fui el único invitado para abrirle al popular "El Tri" de Alex Lora en Salvatexas, incluyendo al propio Rod.

En 2008 formé con Trimax un acoplado de grupo que tuvimos la original idea de retomar el "Fuego Blanco" como nombre y, bondad graciosa, tuvimos mas éxito en menos de un año que Crash Fuego Blanco en casi diez. Pareció que se confirmaba aquello de "Nadie es profeta en su tierra". Aún así mantuve mi estilo "Pentatónico", pese a las amplias recomendaciones de un colega que me gritó en la calle: "Apréndete mas escalas" (ps si me las se casi todas, caray). El punto es que analicé después y a fondo mi propia forma de tocar y resultó irónico que personalmente no me disgusto a mí mismo pero sí he sentido, siempre, que puede haber algo mas. Así que, aunado con las fuertes críticas y mi sentido común al respecto, me asumí como "un guitarrista que solo toca la escala pentatónica". La cosa es que al final pensé en el hecho de que, si hasta ahora me ha funcionado, no veo la razón para cambiar el carril a estas alturas. Si ya hay muchos guitarristas, muy jóvenes, que tocan excelentemente bien y muy veloces las escalas armónicas menores y las que surjan experimentando con fuertes distorsiones, entonces debemos haber guitarristas que sigamos tocando las bases y raíces que han hecho del rock lo que es el rock, pienso yo.

Pero el punto es que hace poco sucedieron dos cosas casi al mismo tiempo. Una fue que escuché algunas cosas que grabé como maqueta para el trabajo que estamos planeando en Vassy Courtes, ahí pude escuchar que no estoy tan pentatónico como se me acusa (aunque insisto en que al final me da igual) y de hecho me gustó mucho lo que hice. Me di cuenta que por fin había surgido una evolución entre el trabajo en equipo y el individual y, de hecho, descubrí que en todo este tiempo había sonado bastante mejor de lo que muchos me habían hecho suponer. Esto especialmente viendo los videos existentes en el periodo 2000 al presente. Me había forjado la idea de que yo había ido hacia atrás a partir de 1996 pero no, creo que todo el padecimiento de 17 años valió la pena, al menos artísticamente hablando.

La otra cosa que sucedió, fue al visitar a un colega con cierto peso aquí en la ciudad, como guitarrista. Tiene ya su camino recorrido y en los ochenta, de hecho, estaba varios años de ventaja en el conservatorio. Él es de los pocos músicos de rock que han increpado públicamente a Enrique Bátiz, a quien yo suelo respetar mucho, y hasta ha cuestionado, también públicamente, la sobreestimada capacidad de guitarristas como Malmsteen y Petrucci, cosa que yo no podría hacer del todo. Ese colega me invitó a verlo tocar con su grupo de blues aunque su sonido es mas amplio en ese sentido y trae pianista y todo, lo que le da a su grupo un carácter un poco mas serio y profesional del esperado. Lo vi tocar la guitarra, también Fender, de una manera maestra y soberbia y al final, platicando, le mencioné el asunto de que "soy pentatónico".

Mi amigo comenzó a reirse y me dijo: "De donde sacaste esa mamada?", le expliqué mis desencuentros y me dijo lo siguiente: "Hay dos maneras de ver al resto de colegas. Una es con respeto y la otra con envidia. Tu problema es que sueles fijarte mas en los segundos que en los primeros y eso es un complejo. Quítate la mierda de la cabeza y piensa solo en la música que es la que merece respeto. Para mí, tú tocas bien chingón la guitarra, de otro modo no te hubiera invitado ni como amigo". Sus palabras se me marcaron como fuego en el hierro. Es decir, quienes me han criticado por ser pentatónico y hasta se han burlado de mi forma de tocar, en realidad no son mejores que yo y este colega hasta ha dado clases en la Escuela Nacional de Música y en una escuela propiedad de "Hermes". Descubrí por ende que debo respetarme un poquito mas y poner los pies sobre la tierra. Descubrí que en todo este tiempo siempre he hecho mas caso a mi ego herido y no a mi perfil de músico y que por ello poco he dado su lugar a la música.

Casi 19 años después de haber iniciado como líder de un grupo en Salvatexas, me cayó el veinte de que, afortunadamente existen mas colegas, buenos y malos, que hacen de este mundo una fiesta en la que cada quien toca y escucha la música que mas le acomoda. Hoy me alegro de no haber dejado vereda por camino y, Que Viva la escala pentatónica!!! qué caray!.

Messy Blues

30 de mayo de 2013

Retro and Rockabilly

Lo antigüo que renueva

En los muchos años buscando un sonido satisfactorio para grabar en un disco, intenté lo que todos intentamos alguna vez, sacar lo mejor de las influencias y poner el sello personal pero había un "algo" que me seguía haciendo falta. Tocar como Satriani o como Malmsteen parece ser, en muchos casos, la meta de todo guitarrista moderno que no se sienta tan atraído al metal, como es el caso de un servidor, pero en lo personal pienso que un guitarrista que busca un sonido demasiado líder hace que el grupo en el que toca se convierta en mera banda de acompañamiento. No obstante, es muy importante que cada instrumento cubra un rol y en Vassy Courtes intentamos equilibrar las cosas en ese sentido.

Lo anterior viene a cuento porque no hace mucho me detuve a escuchar detenidamente a Brian Setzer atraído por su peculiar guitarra, así mismo su primer grupo, The Stray Cats, y su posterior carrera solista incluyendo su Brian Setzer Orchestra. Descubrí que Brian es, no solo un guitarrista muy completo, sino muy dedicado a su oficio al grado tal que es capaz de trabajar con solamente el "Overdrive" de su amplificador y, si acaso, alguna distorsión no saturada que deja la guitarra limpia y deja ver la maestría del tipo que ha merecido incluso aparecer en The Simpsons al lado de Mick Jagger, Keith Richards, Tom Petty, Elvis Costello y Lenny Kravitz en aquel capítullo llamado "El campamento de Rock and Roll" y ese es un honor que no cualquier artista recibe.
Sonny West
No en estos tiempos modernos. Retomando, la guitarra de Brian Setzer así como su concepto de música me atrajo de tal modo que comencé a averiguar mas sobre el Rockabilly y el Big Band, lo que me llevó a visitar lugares y gente y ver bandas de rockabilly en la ciudad de México, para mi gusto cuatro de las mejores The Rebel Cats, Los Leopardos, Los Gatos y Nycotina. Fui también a la famosa vecindad llamada "Las escaleras" en el centro histórico y hasta un rato al Chopo pero poco pude obtener dado que el Rockabilly en México es algo así como un movimiento subterráneo que se niega a ser mancillado por el mercantilismo. Irónicamente el Rockabilly original (los años 50 en EEUU) fue comercializado al punto de saturarse y llegar casi a la extinción con el advenimiento de la Ola Inglesa encabezada por Los Beatles. No en balde Elvis Presley intentó hacer que ellos dejaran de actuar en Estados Unidos en los años sesenta.

Los adeptos al Rockabilly, en México, gustan de mantener su comunidad en una élite exclusiva que pugna por no reventar y caer en manos de las disqueras y los monopolios que controlan la cultura del país. De suceder eso, temen los rockabillers, el arte se prostituiría y sucedería lo mismo que ha sucedido con las modas: se convertiría en mierda.

Deke Dekerson y James Burton.

Pero volviendo a lo que a mí atañe. Me dediqué a investigar mas sobre Rockabilly y Psychobilly y descubrí con agrado que yo mismo he hecho cosas muy apegadas al estilo (o estilos) probablemente sin saberlo pero al fin y al cabo dentro del rubro. Muchas veces fui criticado en Salvatierra por ser un guitarrista que "solo toca la pentatónica", supongo porque todos creen que tocar armónica menor es la neta del planeta pero, nada mas falso, simplemente son variantes una de la otra. Por otro lado no me interesa mucho que me critiquen de "pentatónico" ya que en realidad no es así. En mis "solos" suelo recorrer, cierto, la ruta de la escala de blues pero usando seis notas bien sea en el descenso o en el ascenso y regreso con remates en acorde o bien me sirvo mucho del modo "dórico"(Dorian Mode) en tonos séptimos o de blues o, por el contrario, en tonos menores uso mucho el modo "ólico" (Aeolian Mode) pero eso es mi cuento, mientras a la gente que me escucha le guste, con eso tengo.

Investigando, decía, sobre el Rockabilly; me di de narices con todo un mundo musicalmente hablando y con toda una alternativa de refrescar el repertorio. Incluso me da la opción de "Rockabilear" algunas de mis canciones viejas, por ejemplo las que compuse estando en "Crash Fuego Blanco", o las que hice ya al frente de "Messy Blues Band" y "Dark QUEEN" -de hecho Oly Betancourt ha estado escribiendo canciones y ua de estas es un Rockabilly hecho y derecho-. Me ofreció el rockabilly una manera completamente diferente de apreciar la guitarra y cómo variar el sentido de la música en contexto global y, de ese modo, permitir que con la música nos divirtamos tanto los que tocamos en la banda como los que la escuchan. Un equilibrio bastante dificil de conseguir para cualquier grupo de rock.

 
Brian Setzer y Slim Jim Phantom, The Stray Cats

Regresar en el tiempo con el Rockabilly, porque en cierto modo eso sucede, resulta al final del día una irónica solución cuando comienzas a sentirte saturado creativamente hablando. Y digo "Irónicamente" porque se supone que los músicos que escribimos y componemos buscamos siempre innovaciones y propuestas diferentes, especialmente en el vanidoso y venerado estatus de guitarrista líder. Todos fuimos en algún momento detrás de lo que hacen guitarristas complejos como, repito, Joe Satriani, Steve Vai, Yngwiee Malmsteen, John Petrucci, Carlos Santana, Eric Clapton, Jeff Beck, Kirk Hammett, etc. etc. etc.
Wanda Jackson, reina del Rockabilly
pero muchas veces caemos en el error de convertirnos en viles clones y de esos hay muchos. Imaginarse estar sobre un Cadillac (auto que las letras del Rockabilly menciona por todos lados como veneración espiritual) con una chica entallada en jeans de tubo (o al revés si eres una chica, claro) y todo en coloridos tonos semi pastel de aquella época en la que los soberanos de la música eran Elvis, Eddie Cochrane, Buddy Holly, Gene Vincent, Carl Perkins, Ritchie Valens, Chuck Berry, Jerry Lee Lewis y al menos un centenar mas de artistas que hicieron bailar al mundo con el Rock and Roll y su creador, el Rockabilly. cuando hoy abres el baúl y encuentras personas vivas que rinden culto de ese modo, te sientes inspirado a tomar prestado su magia para aplicarla en tu música con tu guitarra.

Los aprecia: Messy Blues
Nota publicada de manera simultánea en mi portal Messy Blues, The Website